
Después de sufrir las graves consecuencias de políticas de industrialización realizadas en los 50´s, 60´s y 70´s. Se sumó a estos la fuerte crisis económica de finales de los 80´s, además de la hiperinflación ocurrida durante el primer gobierno Aprista 1985-1990. Este caos y estancamiento económico comenzó a variar con la aplicación en agosto de 1990 del famoso FujiShock que consistió en una drástica política de apertura neoliberal y férrea corrección de las cuentas fiscales, además de la instauración en 1991 de la nueva divisa peruana El Nuevo Sol. En la actualidad, luego de casi tres décadas de mantenimiento de los lineamientos económicos y fiscales por sucesivos gobiernos, el Perú es categorizado como un país de economía emergente, estable y recomendable para la inversión.
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